sábado, octubre 30, 2010

Sueños con sabor a calimocho

Se levanta el veinteañero como cada mañana con su maleta de sueños cerrada y un amargo sabor a calimocho.


No madruga, puesto que no lo necesita, no tiene donde ir, en la cama se está a gusto, y mamá quizás haya preparado ya el desayuno.

Lo hace así a diario, como otros 200.000 jóvenes sólo en nuestra provincia que no tienen como diría mi abuelo ‘ni oficio ni beneficio’.

Jóvenes de 16 a 30 años que cada día deambulan por la calles sin un objetivo más que el de llegar pronto al Inem para, con un poco de suerte, esperar el menor rato posible en una cola que culmina con un curso de FPO o un’ vuelva usted mañana".

Y así el lunes, el martes, el miércoles, posiblemente el jueves, y quizás el viernes no,’ ya si acaso el lunes que viene’, estupendo, conformista, cómodo y fácil, que es lo que se estila.

¿Dónde están? Quiero decir, ¿Dónde están las generaciones de jóvenes que salían a la calle a gritar, a movilizarse, a manifestarse?, ¿Estarán en Gran Hermano? Probablemente no estén ahí, pero en ese caso, ¿dónde se encuentran?

No existen. Los medios, la sociedad, la política, los ha eliminado. Conviene más que vivan su vida en silencio, en su casa, con una preocupación mayor sobre si se podrá fumar en el bar, o hacer botellón en “los Curas”, que en sí de donde sacarán el dinero para el paquete de tabaco. Conviene más que sueñen con que algún día les tocará la lotería, o el paro por sí sólo desaparecerá, sin que muestren un mínimo de interés por los políticos que favorecen o no la creación de ese empleo que no llega.

Son capaces de revelarse contra leyes anti botellón, pero no lo son para cosas tan trascendentales como su propio futuro.

Hace una semana que asistimos a un nuevo cambio en el rumbo político, donde Valeriano Gómez acoge el poder de un Ministerio de Trabajo a la deriva. Se enfrenta de esta forma a una sociedad adormecida, donde los jóvenes no luchan debido a la resaca y los mayores, en muchos de los casos ya tienen la vida resuelta.

Esperemos que él tenga más iniciativa que la propia sociedad quién soluciona todo desde casa con un mando del televisor donde vuelcan sus críticas e ideologías según la cadena que escogen, lo cual en realidad nunca llega a producir ningún cambio en los Ministerios, tan sólo en el share de las distintas cadenas que además, tiene mayores preocupaciones por la emisión de determinados programas que por los ciudadanos a quiénes prestan un supuesto servicio de "información".

miércoles, octubre 27, 2010


Son las ocho de la mañana, y mientras desayuno, observo detenidamente la etiqueta de mi jersey, “made in India”. Poco después, animada por la curiosidad, busco en el reverso de mi camisa, donde puedo leer “Made in Indonesia” y, desconcertada ya, compruebo como no llevo nada puesto que no se haya fabricado en un país de los que la gente se empeña en llamar subdesarrollados, o en vías de desarrollo.


Continuo mi día detectando que la taza del desayuno, el secador, el microondas, así como todo lo que toco o me rodea, está fabricado fuera, y es entonces cuando me pregunto ¿por qué todos los países que cuentan con las mayores industrias viven en la pobreza? ¿cómo es posible que se viva mejor en países donde apenas quedan recursos naturales y la industria se ha desplazado?

La respuesta nos la da la palabra Neocolonialismo, si, una palabra que como su propio nombre indica nos informa de la existencia de una nueva forma de someter a los países en vías de desarrollo bajo nuestros intereses, al más puro estilo del colonialismo de los siglos anteriores.

Si bien es cierto que ya poco queda del hombre vestido en plan “misión safari”, con sus cuadras y reglas pertinentes para partir un país cual tarta de cumpleaños, el colonialismo sigue ahí, perdura camuflado.

Hace ya muchos años desde que los países colonizadores permitieron la independencia de los asiáticos y africanos. La mayoría de estos eligieron sus formas de gobierno, o al menos, creyeron elegirlas, pero se convirtieron en fuertes regímenes socialistas, dictaduras etc. que sólo consiguieron mantener el orden económico vigente, sin que apenas se percibiesen cambios.

Las líneas trazadas por los que realizaron el reparto, trajeron consigo múltiples guerras etnológicas, por los que los Estados poco se han preocupado del bienestar de sus ciudadanos, ya que tenían la cabeza ocupada en sus propias batallas personales al tiempo que se les hace creer que ya constan de opinión en el panorama internacional.

Los países del primer mundo somos hipócritas cuando los “ayudamos” sometiéndoles a nuestro antojo, arrebatándoles sus recursos, explotándoles con fábricas donde la mano de obra es pagada míseramente, vendiéndoles nuestros productos hechos con su materia prima a precios altos, y en definitiva “colonizándolos”, o “neocolonizando” que suena más moderno, pero que para el caso es lo mismo.

El neocolonialismo supone la continuidad del control de las economías, la política, el comercio internacional de las metrópolis sobre las antiguas colonias, ligado también al endeudamiento tras la crisis del petróleo de los setenta, que corta radicalmente los procesos de modernización de estos países.

Estos factores, estrechamente ligados al traslado de nuestra industria a esos países para abaratar nuestros costes sin que les aporten a ellos ningún beneficio son los que te hacen reflexionar a veces sobre la compra de esas prendas u objetos, fabricadas por esas personas a las que no dejamos levantar cabeza, ya que se está más cómodo impidiendo su bienestar y viviendo nosotros bien. Se está más cómodo en definitiva viendo el telediario cada día y haciendo zapping en los momentos en los que aparece algo que no nos gusta relacionado con el hambre, la sed, la enfermedad, sin darnos cuenta de que las piezas del televisor donde emiten ese telediario fueron en definitiva piezas “made in…”.

martes, octubre 26, 2010

Pensamos

Desde su rápida expansión a nivel mundial tras su surgimiento en 1969 con la red ARPA, Internet ha revolucionado la forma de comunicación de todo el mundo, de ahí a que surjan numerosos términos relacionados con esta explosión de información, que ha generado conceptos como aldea global, brecha digital y que a su vez ha permitido el intercambio de conocimiento de unas sociedades a otras de una forma instantánea.


Es por ello que numerosos teóricos ya hablan de una nueva Revolución, como ya ocurrió con anterioridad en Francia o Inglaterra, pero que no es tan equiparable a éstas al tratarse de un movimiento mayor, que une ya a millones de personas bajo unos mismos pensamientos, formas de ocio, de conocimiento, etc.

Se trata en definitiva de la toma del poder por parte de los ciudadanos, en un proceso que se aproxima más a la Democracia tras la bidireccionalidad por parte de un receptor que ahora se manifiesta y habla.

En un principio, dicho receptor, inofensivo de forma individual no parece ser peligroso para las grandes empresas, para los dirigentes etc., sin embargo, dicho individuo puede llegar a tener repercusiones infinitas gracias a la red, donde volcar una crítica puede llegar a eliminar la buena imagen de una empresa, como sucedió con HP hace unos años.

De esta forma ya existen gabinetes informativos que se encargan de solucionar las crisis que la opinión
de un único usuario puede llegar a generar a través de cualquiera de las múltiples redes sociales, foros, blogs personales, etc. de especial éxito en la actualidad, como Facebook, Twitter, Tuenti, ó Blogger, que además nos permiten compartir imágenes y conocimientos en una red que nos permite tener una visión de la sociedad y del mundo que nos rodea tanto de forma globalizada como glocalizada.

El nuevo reto tras diversos informes como "Un sólo mundo, voces múltiples" más conocido como Informe McBride está en llegar cada vez más lejos eliminando esa brecha digital que no es más que una auténtica brecha socioeconómica en esos países que Occidente se empeña en denominar subdesarrollados.