jueves, noviembre 25, 2010

De cajas tontas




El otro día encendí el televisor y vi a cuatro jóvenes peleando por un hombre bajo la atenta mirada de una señora haciendo ganchillo.

No me escandalicé.

La televisión está para eso, para entretener, y la mujer que hacía ganchillo parecía pasarlo en grande, como también parecía que lo pasaba el resto del personal que pude ver en mi pantalla. Apagué el televisor.

Dos días más tarde lo volví a intentar, ¡qué cosas! hacía tiempo que ya ni anhelaba su susurro, su compañía, mientras yo me dedicaba a otros menesteres, pero aun así me armé de valor, y la encendí. Era jueves mediodía, y en una mesa había aproximadamente unas diez personas, celebrando no se qué cosa, entre chistes y bromas, que también parecían estar muy entretenidos. La volví a apagar.

¿A mí que me importa? Quiero decir exactamente ¿Qué función está ejerciendo esa gente ahí? Se les paga ¿por comer? ¿Por no tener nada que decir? ¿Por rellenar un espacio? Para eso que contraten a la bruja Lola, que al menos interactúa con su público, ejerciendo más bidireccionalidad con su lectura de cartas que cualquiera de los canales que actualmente emiten en España, y que por cierto cada vez que se me ocurre encender el televisor son más…más de lo mismo.

La televisión ha ido cambiando a lo largo del tiempo, empezó mal, para no acabar mejor. En un primer momento el régimen franquista instauró TV1, convirtiéndose junto a TV2 en la única oferta televisiva.

La información venía dada en unos espacios que las gente conocía como ‘partes’, y obviamente eran un reflejo de aquello que el régimen quería contar invadidos por la censura.

En numerosos países ocurrió de la misma forma, como en Alemania, donde la televisión fue concebida como una herramienta propagandística clave desde el momento de su instauración.

Más tarde, con la ley de Privatización de la Televisión en el año 1988, TVE 1 empieza a competir con un alto número de canales por la publicidad, hecho que no se daba en otros países donde la televisión pública era un ente independiente financiado por el Estado.

De esta forma TVE1 ha de competir con el resto por ganar un share que sólo conseguirá si ofrece algo parecido a los demás, lo cual, empobrece en cierto modo sus contenidos, ya que el resto ofrece algo que fácilmente podría ser calificable como telebasura.

El problema real llega cuando esa telebasura inunda los informativos de todas las cadenas de forma que informarse por la televisión sobre la realidad tanto a nivel estatal como mundial se convierte en algo parecido a ver un magazine de variedades en las que todo cabe.

Y es que mientras nuevos conflictos armamentísticos aparecen a lo largo y ancho del territorio terrestre los informativos de las cadenas se empeñan en ofrecernos la última canción de Julieta Venegas, la cartelera del cine, o nos recuerdan que en invierno hace frío y en verano calor. De hecho, parece ser que no hay mejor cada día que dedicarle 5 minutos de informativo para mostrar los termómetros bajo cero y las olas gigantes de Galicia cuando poco de novedoso se puede observar en esta información mientras que sólo en Europa viven en la pobreza 80 millones de personas (y sí, he dicho sólo en Europa).

Buena nota podrían tomar los informativos de gran parte del mundo de algunos ejemplos existentes en el extranjero como es el caso de la BBC, formada como un ente totalmente independiente cuyas máximas están en ofrecer imparcialidad con respecto a los hechos que se narran, transpariencia, precisión mediante una buena contrastación de los datos, responsabilidad e independencia, sin duda ésta última la característica que la posiciona como una de las cadenas de mayor calidad.

Su principal baza, el hecho de autodefinirse como independiente llega hasta extremos a los que pocos llegarían, como la realización de un telediario íntegro sin mencionar palabra como reacción ante una imposición de censura que les llegó por parte del Gobierno.

No se callan, no se venden, transmiten la realidad, o al menos lo que perciben como tal sin atender a terceros, sin la presión de un share que los empuja a decir lo que todos cuentan, y transmitiendo en definitiva lo que realmente haya que saber.

El reto ahora es exigir lo que otros ya tienen. Se puede permitir una programación poco decente, se puede soportar que ahorren mediante espacios en los que se paga a diez personas por pasar un buen rato hablando de nada, pero no se puede tolerar una información centrada en intereses económicos que llega a anunciar coches como noticias, o noticias de coches, vete tú a saber, mientras un público absorto consume su almuerzo, y es que mientras el informativo elegido ha preparado para ti una noticia sobre un concierto de Shakira y tres sobre el salón del automóvil, un brote de cólera está arrasando a la población de Haití después de que un terremoto no hace tanto lo destruyera absolutamente todo.-

domingo, noviembre 21, 2010

Admundi invita a los estudiantes de la UMA a participar en un programa de voluntariado bajo el eslogan “No eres lo que piensas, sino lo que haces”

  
Miguel Caffarena, responsable de comunicación y cofundador de Ad mundi presentó el pasado martes el programa de la ONG, así como todas las formas de colaboración en las que los estudiantes de Ciencias de la Comunicación, Ciencias de la Salud y Ciencias de la Educación pueden participar.


Los diferentes proyectos, por los cuales el alumnado se beneficia además con créditos de libre configuración, estarán destinados a difundir y consolidar la ONG, potenciando la comunicación no sólo interna, sino haciendo hincapié en llegar a toda la comunidad local.

De entre estos proyectos destacan ‘La vida en latas’ un proyecto conjunto de comunicación y sensibilización de asociaciones y ONG`s malagueñas que pretende mediante la distribución de reportajes, entrevistas y artículos a los diferentes colegios y empresas de Málaga sensibilizar a la población local de la actividad social existente en su provincia.

Por otro lado Admundi está produciendo un largometraje de ficción, “Sofía y los mensajeros del Multiverso que cuenta la historia de una niña que queda muy afectada ante las injusticias del mundo y ante la pasividad de los “mayores” ante los problemas, por lo que decide pedir ayuda a los extraterrestres.

Además también incluye un programa contra el tabaco que pretende concienciar a los fumadores de los verdaderos intereses que se esconden tras esta droga, para posteriormente invitarlos a abandonarla.

En todos estos proyectos cualquier persona que lo desee puede participar como también puede hacerlo en las actividades para colegios ó en la comida solidaria anual Admundi destinada a recaudar fondos para la organización.

Admundi, es una asociación sin ánimo de lucro y aconfesional fundada hace cuatro años por un grupo de personas de distintas ramas profesionales, tales como la salud, la arquitectura, el arte, la educación, la psicología y la cooperación internacional que trabajan de manera voluntaria y profesional.

Las mayores trabas de la organización a la hora de comenzar con el proyecto fueron de tipo administrativo. Sin embargo en tan sólo cuatro años Admundi ha consolidado proyectos en Marruecos, Mali, Burkina Faso, Togo y Perú, apostando en este último por el “fortalecimiento de la seguridad alimentaria de la población vulnerable en comunidades rurales”.

Caffarena además hizo hincapié en la necesidad de consolidar los proyectos ya que “de nada sirve construir y marcharse de la zona”. De esta forma el cofundador de la ONG invitó a todos los asistentes a la participación en Admundi, o en cualquier proyecto social recordando además que “cada día nacen 100.000 niños en el mundo, mientras que cada 4 segundos muere uno de ellos”.

Si estás interesado/ en participar en cualquiera de los proyectos contacta con la organización a través de su página web www.admundi.org

jueves, noviembre 11, 2010

España, país de pandereta

Es curioso, y no es publicidad lo que voy a decir a continuación pero si ponemos en Google la combinación de palabras “España país de (…) las sugerencias de búsqueda son realmente interesantes.


En primer lugar, aparece „España, país de pandereta‟, seguido de „vagos‟, „ladrones‟, e incluso de España país del tercer mundo‟, lo cual parece ser una idea bastante generalizada en numerosos países donde el poder se concentra en mayor medida a la hora de posicionarse en la escala internacional de países con influencia, pero, ¿qué es exactamente un país del tercer mundo o subdesarrollado?

Desde que en el año 1949 el presidente H. Truman en su investidura dividió el mundo en países desarrollados, o subdesarrollados el panorama internacional cambió sustancialmente hasta el punto de convertir a millones de personas en ciudadanos de „primera‟ o de „segunda‟ que no fue más que la división entre países ricos y pobres, con la desacertada propuesta consiguiente de „convertir los países subdesarrollados en desarrollados mediante técnicas capitalistas, algo que a ojos de Occidente, y sólo a ojos de Occidente, era lo correcto”.

Fue unos años después cuando España se dejó de sentir parte de ese “panorama de segunda” con el inicio de la Transición Española tras la muerte de Franco, algo que algunos creen que ocurrió hace miles de años, pero que nos acompaña tan cerca que determina inconscientemente muchísimas de las pautas habituales de la ciudadanía.

¿Pero en qué notamos todo esto? Creemos que España es un país moderno, cosmopolita, a veces incluso olvidamos que nuestros propios abuelos vivieron una guerra, o que durante muchos años se pasó hambre, lo cual modificó la conducta de numerosas personas que ahora nos ven y creen que sólo sabemos derrochar. Creemos que el nivel de vida actual es el correcto, donde la adquisición de un coche de alta gama teniendo otros tres es necesario, una casa con cuatro baños para dos personas es super cool, y donde la tele de plasma es ideal, y al poder ser con 3D para luego ver películas que no constan ni de esa característica y por favor, que sean cuatro que “a mi marido le gusta ver el futbol los domingos y a mí no”.

Nos sentimos modernos porqué llevamos siéndolo treinta años, y al parecer eso da para mucho, aunque en la actualidad ese periodo de tiempo no da ni para que un joven del 2010 se independice.

En Suecia, Holanda, la televisión emite un número de noticias mayor, (noticias de verdad) los periódicos se venden por miles, y las conductas culturales nos sobrepasan tanto en cantidad como en calidad.

Algunos se escudan en el clima, “claro es que en España se está mejor en las terracitas del bar”, y por el norte de Europa con el frío que hace es mejor leer libros en casa" pues ni aun así, ya que ellos tiene hábitos tan parecidos en cuestiones de tiempo libre como dispares a la hora de elegir buenas cadenas de televisión para el entretenimiento, o de comprar periódicos para informarse diariamente.

Como consuelo decir que el hecho de que la programación gire en torno a si Belén Esteban tiene cuernos o no como contraataque hacia cualquier cadena de televisión no es sólo propio de España, sino en sí de todos los países clasificados según Hallin y Mancini en el modelo pluralista polarizado se da también en otros países teniendo éste como característica principal un desarrollo de la prensa más tardío como consecuencia de largas dictaduras que dieron como resultado menor desarrollo de la prensa, que para cuando pudo emerger, hubo un medio más hipnotizador, (la televisión) que le robó totalmente el protagonismo.

Lo que sí es cierto es que no porque exista un condicionamiento histórico debemos conformarnos con lo que se nos da. Está claro que con el desarrollo de las nuevas tecnologías y a la velocidad que se transforman sería difícil vivir ahora una experiencia como las de países de sistemas que viven con el modelo atlántico europeo, donde los hábitos culturales son una realidad cotidiana que los acompaña cada día. Pero dado que aquí se empeñan en que sólo seamos España, un país de pandereta, quizás deberíamos nosotros aprovechar con todas las posibilidades que nos plantea internet para plantarle cara a todos aquellos a los que les conviene esa situación de déficit cultural para el fácil dominio donde la conformidad por parte de los ciudadanos con respecto los contenidos como con los políticos que les gobiernan sólo viene regida por la capacidad de crédito de nuestras cuentas bancarias que nos permita adquirir dos televisores por hogar.