jueves, diciembre 16, 2010

Do You Want To know a Secret?

Las filtraciones de Wikileaks, y en concreto, la información referida a Julian Assange, presidente de la fundación, inundan los periódicos nacionales e internacionales cada día desde que se produjese lo que algunos consideran ya ‘la mayor filtración de información de la historia’ conocida ya también como el ‘Caso Cablegate’


Es curioso que un fenómeno de tal alcance, propiciado por el desarrollo de las nuevas tecnologías haya roto con la verdadera funcionalidad que deseó EEUU cuando creó la red ARPA, de la cual surgió posteriormente Internet, que no tenía mayor misión que la de proteger la información militar estadounidense ante un posible ataque ruso en el año 1969.

En España el diario encargado de desvelar los cables ha sido El País,en un principio otros diarios, como el Mundo y quizás por cuestiones de rivalidad no informaron demasiado acerca de este escándalo al que finalmente se han rendido tras la detención de Julián Assange, fundador de la organización sin ánimo de lucro Wikileaks, y actualmente máximo responsable identificado.

Países como China, Francia y EEUU, ya en agosto prohibieron esta página en sus respectivas redes, promoviendo la censura de unas informaciones que no son más que la pura realidad de unas relaciones entre Estados, ocultas por el bien de ellos mismos y no siempre por el bien de la sociedad.

El debate se abre ahora entre los partidarios de que este tipo de organizaciones continúen trabajando frente a todos los que creen que se trata de un atentado contra los servicios secretos de los distintos países que no se debería de permitir.

Lo cierto es que en ocasiones muchas de estas filtraciones podrían hacer peligrar las relaciones internacionales entre los distintos países, es por ello que numerosos gobiernos están estudiando ya desde hace meses para mejorar las comunicaciones que hacen posible el intercambio de información entre su ejército, sus funcionarios etc. sin que éstas corran la misma suerte que los ‘Papeles del Departamento del Estado’.

Sin embargo, quizás en lugar de intentar centrarse en mejorar las comunicaciones para elevar el secretismo de sus actuaciones, deberían plantearse trabajar de una forma más transparente hacia un público como es la ciudadanía que cada vez necesita de una información más veraz, contrastada y realista que no siempre esté ‘suavizada’ por la censura real que existe en cuestiones gubernamentales.

Además, no sólo estaría bien que primara dicha transparencia, por la cual todos estuviéramos al tanto de temas tan trascendentales como que las misiones de paz, son guerras encubiertas, y que nuestros soldados en general, no van a ‘repartir saquitos de arroz’ sino que, los actos que realizase un estado fuesen de tal corrección que, de filtrarse la información, no escandalizaran a la población de la forma que lo ha hecho Wikileaks en los últimos meses.

De todos modos no hay que olvidar un pequeño pero importante factor, y es que pese a que sentimos que la verdad está alcanzando las cotas más altas con ese caso de ‘Cablegate’, son los periódicos ahora mismo los que están ejerciendo su función de ‘gatekeeper’ de dichos cables, por lo que, en realidad, no se sabe hasta qué punto la información que nos llega es de nuevo toda la que se desea conocer, o como siempre ocurre, una pequeña porción más de realidad, aunque eso sí, esta vez un poco más cerca.

Quizás uno de los motivos que ha llevado este fenómeno a tan altísima popularidad es la forma en que la ciudadanía se siente participe de un hecho de tal trascendencia donde su voz puede generar eco aunque sea por la participación en un foro, en un blog, o en un simple comentario de no más de 250 caracteres en una red social

Además, la respuesta social de los seguidores de Wikileaks ante el cierre de la página, tras la cual, numerosos fans han reinventado la versión de forma ilegal en la red, hace que sintamos que Internet ha modificado por completo las formas de vivir en un mundo en el que antes se nos informaba de lo que se quería y ahora somos capaces de informarnos unos a otros por un espectro que escapa a los distintos países y para el que es muy difícil el control.

Sin embargo, los periodistas, en su nueva versión de informadores deberían de lograr que esa abundancia de información se sintetizara en un análisis de calidad por el cual el ciudadano no sólo logre estar bien informado, sino que además aprenda a desechar por sí mismo lo que en una red tan amplia no sea válido.

La prensa ahora tiene también el deber de traspasar las fronteras idiomáticas para llegar a todos los lectores que lo necesiten, buscando las fórmulas necesarias que permitan la mejora de la calidad de la información sustentada por las nuevas políticas de publicidad en la red sin que se resienta la validez de las informaciones, que, tras el caso de Wikileaks queda vigente que son demandas de forma masiva por un público ávido de conocimiento, y que cada vez más y por ello consta de un mayor nivel cultural capaz de desvelar los secretos más ocultos de un gobierno tan desarrollado como es el de EEUU.

3 comentarios:

  1. [i]Las filtraciones de Wikileaks, y en concreto, las referidas a Julian Assange...[/i]

    Y ahí dejé de leer. No hay ninguna filtración que haga referencia a Assange

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  2. Ups, perdón por el fallo. Ya está arreglado. En realidad me refería a la cantidad de información que ha generado tanto Wikileaks, como Assange, con todo el revuelo hasta que fue detenido,y su posterior salida después de que el Tribunal de Westminster desestimara el caso.
    En cualquier caso ya está arreglado, siento el malentendido.
    Un saludo

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